Pérdida de terrenos de vocación agrícola, gran desafío para autoridades dominicanas
SANTO DOMINGO.- La pérdida de terrenos de vocación agropecuaria, principalmente por su uso para desarrollos urbanos, se registra en diferentes partes de la República Dominicana, pero de manera importante en Moca, provincia Espaillat; Salcedo; Duarte (San Francisco de Macorís); La Vega; San Juan de la Maguana y Monte Plata.
Para contrarrestar esta situación, en el país se trabaja en un instrumento de delimitación de los suelos urbanos, que el gobierno lanzará en los próximos meses, de acuerdo a Domingo Matías, viceministro de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd).
“Ese es un instrumento que se le va a aportar a todos los ayuntamientos de la República Dominicana, y en el mismo se va a establecer lo urbanizado, que es lo que existe actualmente; lo urbanizable, que es lo que se puede urbanizar; y lo no urbanizable. Con ese instrumento entregados a los gobiernos locales podemos tener ciertas restricciones con la expansión urbana y la explotación de los suelos agrícolas”, Matías.
Apuntó que en el país se tenía, en la década de los años 60 del siglo pasado, una población urbana de un 30 % y rural 70 %, pero que hoy la población urbana en la República Dominicana es más del 80 %.
“El cambio de crecimiento de un modelo rural hacia un crecimiento urbano ha tenido serios impactos en la productividad agrícola. Y si hay suelos agrícolas como el caso de Moca, provincia Espaillat, y Salcedo, esa parte del Cibao Central, que son suelos de clase uno, que son los mejores suelos del mundo; si se está cambiando su vocación, entonces, estamos teniendo problemas”, apuntó el funcionario.
Considera que el modelo económico de desarrollo agropecuario tiene que revisarse o reformarse, pero, también, los ayuntamientos tienen que tener normativas que regulen esa expansión urbana.
“Proteger los suelos agrícolas es proteger el paisaje rural, es proteger la seguridad alimentaria, es restringir los flujos migratorios del ámbito rural hacia el ámbito urbano; es proteger a la gente que vive en el campo, porque a medida que el campo se va despoblando, en esa medida los gobiernos invierten menos. La inversión pública también se mide por rentabilidad, es decir, con relación a la cantidad de personas que hay”, señaló el funcionario.
De acuerdo al “Informe temático de cooperación internacional”, publicado por el Mepyd, la agropecuaria en el país pasó de representar el 23.2 % del total del valor de la producción en 1970, a un 11.55 % en 2005. También, se redujo su participación en el mercado de trabajo, pasando del 18.5 % de la ocupación total en 1991, al 9.0 % en 2016.
Sin embargo, el informe indica que también se observa que la producción agropecuaria juega un papel muy importante para la seguridad alimentaria del país, llegando a declararse en el 2020 una producción nacional de bienes agrícolas que representa el 88.4 % de los alimentos que consume la población.
El documento del Mepyd indica que, aunque en términos relativos la agropecuaria ha reducido su participación en la producción nacional, sigue siendo un sector clave para la seguridad alimentaria, el desarrollo de las zonas rurales y la cohesión territorial.
Recientemente, los ministros de Economía, Planificación y Desarrollo, y de Agricultura, Pável Isa Contreras y Limber Cruz, respectivamente, mostraron su preocupación por la pérdida de terrenos con vocación agrícola en el país y resaltaron la importancia de que se apruebe la Ley de Ordenamiento Territorial.
“Es urgente que necesitamos la aprobación de la Ley de Reordenamiento Territorial, para evitar la pérdida de terrenos con vocación agrícola en todo el país”, expresó Cruz a través de Twitter.
Además, señaló que “las mejores tierras para el cultivo deben ser preservadas y en otras áreas organizadamente permitir la construcción”.
La FAO y los suelos
El representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la República Dominicana, Rodrigo Castañeda, dijo a Diario Libre que desde la entidad ven que es muy importante tomar medidas para delimitar los usos adecuados del recurso suelo de una manera sostenible con el medioambiente, sobre todo aquellos de vocación agrícola y por el valor que poseen por ser de clase única, como es el caso de los suelos de Moca. “La Ley de Ordenamiento Territorial y Uso adecuado de los Suelos ya no puede seguir esperando”, insistió.
Además, señaló que la gestión sostenible de los suelos agrícolas del mundo y la intensificación de la producción sostenible se han convertido en un imperativo para la seguridad alimentaria.
“Estos objetivos no pueden lograrse plenamente a menos que los suelos se sitúen en un lugar prioritario en la agenda de desarrollo. La degradación de la tierra y el agotamiento del suelo es una amenaza mundial real y creciente”, indicó.
Precisó que implica una serie de factores como la erosión por el viento y el agua y la labranza, compactación, sellado, desequilibrio de nutrientes, pérdida de materia orgánica del suelo, acidificación, salinización y contaminación. Dijo que estos procesos son causados por prácticas insostenibles de gestión de la tierra que resultan de diversos aspectos sociales, económicos y de gobernanza, provocados por modelos de producción intensivos, de gran escala y demandantes de insumos químicos; y, por otro lado, a través de la urbanización de zonas agropecuarias y de conservación ecológica.
JOAQUIN CARABALLO